BIOGRAFÍA DE MIGUEL HERNÁNDEZ
Miguel Hernández nació en un pueblo de Alicante (España) llamado Orihuela el 30 de octubre de 1910. Sus padres, Miguel y Concepción ya tenían otros dos hijos Vicente y Elvira. Su padre se dedicaba a la cría y al comercio de ganado.
Miguel Hernández y sus hermanos |
NIÑO PASTOR
A Miguel le llamaban el pastor poeta porque después de que su padre lo sacara del colegio se dedicó a cuidar el ganado que tenía su padre. Miguel siempre llevaba en su zurrón la comida que le preparaba su madre y libros de poetas que le distraían en sus horas de soledad. Sus autores preferidos eran Gabriel Miró, Garcilaso, Rubén Darío, San Juan de la Cruz,... Miguel se distraía con la poesía y cuando estaba en el campo con las cabras en muchas ocasiones se le escaparon o se comieron las habas de los huertos.
Miguel escribe un poema para relatar estos sucesos:
¡Ay! Perdonadme un momento.
Voy a echarle una pedrada
a la "Luná", que se ha ido
artera a un bancal de habas,
y el huertano dueño de ellas
me está gritando desgracias.
AMIGO DE SUS AMIGOS
Miguel Hernández y su mujer Josefina Manresa |
Juan Ramón Jiménez dijo de él: "Que no se pierda esta voz, este acento, este aliento joven de España".
En Madrid conoció a su musa, Josefina Manresa y publicó el libro "El rayo que no cesa".
TRISTE GUERRA
Miguel Hernández y su esposa |
En 1942 murió en la cárcel de Alicante a los 31 años de edad.
Él decía:
Que mi voz suba a los montes
y baje a la tierra y truene,
eso pide mi garganta
desde ahora y desde siempre.
Miguel Hernández es un poeta que no sólo amaba a los niños, sino que él mismo nunca dejó de ser un niño.
EL SOL, LA ROSA Y EL NIÑO
El sol, la rosa y el niño
flores de un día nacieron.
Los de cada día son
soles, flores, niños nuevos.
Mañana no seré yo:
otro será el verdadero.
Y no seré más allá
de quien quiera su recuerdo.
Flor de un día es lo más grande
al pie de lo más pequeño.
Flor de la luz el relámpago,
y flor del instante el tiempo.
Entre las flores te fuiste.
Entre las flores me quedo.
SOBRE EL CUERPO DE LA LUNA
Sobre el cuerpo de la luna
nadie pone su calor.
Frente a frente sol y luna
entre la luna y el sol
que se buscan y no se hallan
tú y yo.
Pero por fin se hallarán
nos hallaremos, amor,
y el mundo será redondo
hacia nuestro corazón.
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